El guepardo se distingue por ser el animal terrestre más rápido del mundo, pero como gran felino tiene un destino común con el resto: su pronta extinción si no lo remedia el ser humano, por otra parte culpable de que ello pueda ocurrir. Una difícil situación que se prolonga ya demasiado tiempo, hasta el punto de poner a la especie contra las cuerdas. De acuerdo con un estudio británico publicado el 26 de diciembre, el guepardo ha perdido hábitat de un modo alarmante. Unos pocos miles de ejemplares Hoy solo está presente en el 9 por ciento de la superficie que ocupaba a principios del pasado siglo. Ello supone la pérdida de más de un 90 por ciento de su hábitat. Pero eso no es todo, porque como era de esperar, además su número ha mermado drásticamente. Volviendo al estudio, publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), menos de 7.000 guepardos subsisten actualmente en libertad en el mundo, casi en su totalidad en el continente africano. Si su número nos remite a una exigua población, en términos comparativos el contraste resulta estremecedor. No en vano, la población mundial de guepardos rondaba los 100.000 ejemplares a principios del siglo XX. En otras palabras, el guepardo está desapareciendo sin remedio. Aunque salvarlo es posible, y solo el ser humano, responsable de su drama, puede y debe detener su cuenta atrás hacia la extinción. Se necesita una actuación urgente, nos recuerda la Sociedad zoológica de Londres. “El guepardo corre derecho hacia la extinción, y podría desaparecer pronto si no se toman medidas con urgencia”, reza un comunicado recientemente difundido por la entidad. Las principales amenazas La caza, el tráfico clandestino de animales y la destrucción de su hábitat son las principales amenazas que sufre el guepardo en la actualidad. Muchos de ellos, de hecho, son arrancados de su hábitat y la supervivencia es muy baja, con el agravante de que la gran mayoría de ellos viven en zonas desprotegidas. Se les considera mascotas de lujo, por lo que se les domestica desde cachorros en países como Qatar o Emiratos Árabes, o se les utiliza para la caza, siguiendo antiguas tradiciones. Un negro panorama que, en suma, ha llevado a los autores del estudio a solicitar que la especie pase de su actual clasificación como “vulnerable” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a considerase “en peligro de extinción”. Más vulnerable de lo pensado Los autores del estudio explican que, pese a ser una especie muy popular por su gran velocidad, que puede alcanzar picos de 120 kilómetros por hora y una media que oscila entre los 98 y los 108, hasta hace poco desconocíamos que se trata de un animal especialmente vulnerable. Concienciar a la sociedad sobre esta vulnerabilidad es uno de los principales objetivos de dicha investigación. Sobre todo porque, por otra parte, no se consideraba que así fuera y , por lo tanto, hay mucho que avanzar al respecto. Además, su naturaleza retraída impide llevar un control efectivo de la población, con lo que resulta más complicado realizar un seguimiento y, por lo tanto, también tomar medidas efectivas para ayudar a la especie. Un descenso en picado Las cifras son desalentadoras. Si su población es escasa y está sufriendo una caída en picado, cuando se analiza este declive en algunos de los enclaves en los que todavía existe, el posible optimismo sale disparado por la ventana. Por poner un ejemplo, en Zimbabwe la población ha pasado en tres lustros de los 1.200 ejemplares a tan solo 170 o, por ejemplo, en Irán solo se han censado 43 guepardos, único lugar donde sobrevive el guepardo asiático. El guepardo asiático es una subespecie del guepardo, que antaño vivía en distintos países del continente asiático, como Arabia Saudí a la India, pero hoy solo pueden encontrarse en Irán. A pesar de los esfuerzos por ayudar a la especie en territorio iraní desde 2001, su número no deja de disminuir, se lamenta el científico y líder de la ONG Sociedad Iraní del Guepardo (ICS), Morteza Eslami: "Hemos reforzado la vigilancia para protegerlos y lanzado proyectos educacionales en áreas cercanas a su hábitat. Además, para sensibilizar a las población, el guepardo asiático es la imagen de las camisetas del equipo de fútbol iraní y, entre otras iniciativas, la aerolínea iraní Meraj tiene un dibujo de un guepardo en el fuselaje. Sin embargo, son medidas insuficientes. De no actuarse rápidamente de un modo efectivo, el guepardo podría ser pronto un simple recuerdo. La sexta extinción masiva en la que estamos inmersos se habría cobrado una nueva víctima. No olvidemos que el ser humano es responsable y víctima de la sexta oleada de extinción biológica en masa del planeta. Es decir, puesto que dependemos del entorno, también estamos en peligro, y cual boomerang podría acabar suponiendo la práctica desaparición de la humanidad. No hoy ni mañana, pero sí mucho antes de lo que imaginamos.
En definitiva, para el guepardo (Acinonyx jubatus), un impresionante felino cuyos ancestros pisaron la Tierra hace más de dos millones de años, fue una pésima noticia el surgimiento también por aquel entonces del género homo. Yendo más atrás, también lo fue para éste que una parte de ellos acabara evolucionando hasta convertirse en el homo sapiens, un auténtico depredador y destructor de su entorno. No en vano, se dice que el ser humano es el animal más peligroso del mundo, y el único que destruye su hábitat. EcoV. Deja una respuesta. |
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