Las Navidades pueden vivirse de un modo más o menos intenso, y del mismo modo suponen un pequeño gran desafío para practicar gestos verdes en un sinfín de aspectos: la comida, los adornos, los regalos, el transporte, el uso de la electricidad, el consumo… En este post vamos a dar algunos sencillos consejos que pueden ayudarnos a mejorar nuestra actitud a la hora de respetar el medio ambiente, con la ventaja de suponer un ahorro interesante que no viene nada mal. Sobre todo en estas fiestas, en las que el dinero vuela. Un pequeño cambio de actitud Ser eco responsable en Navidad no significa renunciar al espíritu navideño entendido de forma convencional. No necesariamente, al menos. Cada uno vivimos estas fiestas a nuestra manera, pero en todas esas formas típicas o personales de hacerlo siempre hay posibilidad de tener una mínima sensibilidad verde que nos ayude Pintar la Navidad de verde sin que deje de ser roja y, en fin, de mil y un colores es tan sencillo como hacernos algunas preguntas a la hora de tomar decisiones claves. Al principio andaremos un poco perdidos, pero en cuanto cojamos el tranquillo a eso de reciclar, reducir y reutilizar, todo será cada vez más sencillo y natural en nosotros. Básicamente, se trata de hacer lo posible para vivir unas Navidades felices sin necesidad de hacer cambios radicales que impidan que así sea. La nuestra es una propuesta flexible, que aboga por pasar a la acción en la medida de nuestras posibilidades. Veamos algunas sugerencias que pueden resultar inspiradoras en forma de trucos y astucias prácticas. Compras eco responsables Las Navidades cuesta entenderlas sin el componente de las compras. Pero como ocurre con tantas otras cosas en la vida, todo es cuestión de medidas. Ser razonables y sensatos significará no despilfarrar, sencillamente, y con ello ya estamos dando un paso verde importante. Si además queremos que esas compras sean especialmente ecológicas, optemos de forma preferente por los productos ecológicos, siempre mejor si llevan su correspondiente logo. También serán buena opción los productos locales (muchos ni los conocemos), aquellos que no lleven envase o, en caso de llevarlo, que éste sea mínimo o proceda de materiales reciclados o poco contaminantes en general. Son muchos los eco gestos que podemos hacer sin que interfiera en nuestras preferencias ni suponga grandes renuncias, como optar por los alimentos locales. O, por ejemplo, aprovechar que en Navidad tenemos más presupuesto para la comida para darle una oportunidad a la comida ecológica y adquirir materias primas bio, ingredientes de primera en cuanto a salud y sabor de cara a celebraciones en torno a una mesa. No comprar ni cocinar más de lo necesario y, en todo caso, siempre que sea posible reutilizar las sobras. Con ellas se pueden hacer platos riquísimos, por cierto, tanto para comer al día siguiente como para congelarlos de cara a la cuesta de enero. El transporte de personas y productos La huella de carbono se dispara durante estas fiestas y nosotros podemos contribuir a reducirla. Las posibilidades son muchas, desde optar por el tren en lugar de coger el avión a compartir coche para hacer un viaje y, en suma, movernos de forma sostenible. La compra de alimentos, decoración o regalos también supone una huella de carbono importante, y tenerlo en cuenta puede ayudarnos a tomar decisiones mucho más eco responsables. Regalos y más regalos En Ecología Verde hemos dedicado varios post a unos regalos que nos encantan. Son los conocidos como regalos inmateriales, pueden adoptar un sinfín de formas y muchos de ellos además son solidarios y están llenos de empatía. Si tenemos pensado optar por regalos convencionales, antes preguntémonos si realmente vamos a acertar con ellos, busquemos que sean durables y, en fin, lo más ecológicos posible. Y, sea como fuere, al menos a priori no descartemos la posibilidad de regalar objetos de segunda mano, incluso siendo nuestros. Siempre que practiquemos el arte de regalar, en modo alguno es imprescindible tener que comprarlos y tampoco perdamos de vista el momento de la entrega para envolverlos en pura magia. Plantas durables estas Navidades El abeto o la flor de Pascua son plantas que no suelen sobrevivir largo tiempo. De hecho, por lo general ni de lejos llegan a la siguiente Navidad, y eso significa que algo estamos haciendo mal, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una costumbre arraigada en la sociedad. Hacer la diferencia en favor del medio ambiente y de esas plantas que nacen para morir de un modo realmente innecesario y también triste requiere un poco de flexibilidad y un mucho de imaginación. O no tanta, según se mire y se quiera hacer. Puestos a decorar un árbol, podemos optar por hacerlo con uno artificial que dé el pego (también hay flores de Pascua artificiales increíblemente naturales) y además usarlo un año tras otro o, por qué no, apostar por lo creativo.
Puede parecer una tontería, pero pintarlo en la pared o aprovechar una escalera e iluminarla y decorarla con otros elementos es una bonita manera de perdonar la vida a un abeto y ahorrar la huella de carbono asociada a su comercialización, al tiempo que ponemos a prueba nuestro talento y pasamos un buen rato creándolo solos o en buena compañía. Si queremos una planta natural, aprovechemos ese presupuesto para adquirir una planta que nos haga ilusión, como un bonsai y decorémoslo de forma original. Por último, no olvidemos la posibilidad de elegir una planta que luego pueda salir adelante en nuestro entorno, idealmente las autóctonas. Deja una respuesta. |
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