La tala ilegal de árboles es un negocio clandestino y multimillonario que afecta a países como Brasil, Canadá, Indonesia y Rusia (donde se ubica el mayor masa forestal del mundo). Estas tierras poseen más del 20 por ciento de los recursos boscosos del planeta. Una riqueza demasiado suculenta a los ojos de los taladores furtivos. Según el jefe del departamento forestal de Greenpeace, Aleksey Yaroshenko, en Rusia, el problema de tala ilegal de bosques es grave, ya que representa el 25% de todo el volumen del negocio maderero. Además, en los últimos años las talas ilegales han ido aumentando de forma considerable. Sin embargo, el gobierno asegura que las cifras de la tala furtiva no llegan al 2%, concentrándose las zonas más proclives cerca de las fronteras con China (donde un tercio de las exportaciones rusas son ilegales). Además, el ejecutivo afirma que el gran número de incendios habidos en los últimos veranos han contribuido a correr una excelente cortina de humo para solapar este negocio ilícito. "En algunas regiones de nuestro país, considerando el riesgo importante de incendios, la tala ilegal está aumentando. Cortan más de lo autorizado, y luego preparan la zona para ser quemada. Así nadie sabe cuánto fue lo cortado de forma legal y cuánto por encima de lo permitido por la ley", comentó al respecto el viceprimer ministro ruso, Víktor Zubkov. A primera vista cuando se habla de la tala ilegal de árboles en Rusia se alza una voz unánime de condena. Tanto las administraciones regionales como las empresas madereras están de acuerdo en cortar de raíz este mal que afecta a uno de los mayores pulmones del planeta. Sin embargo, a tenor de los resultados, la realidad parece bien distinta y deja una pregunta en el aire: ¿por qué resulta tan beneficiosa la tala forestal ilegal? Serguéi, un ciudadano de San Petersburgo, la segunda ciudad rusa en importancia, ha escogido un farragoso camino para proteger el medioambiente. La falta de guardabosques en la región le empujó a tomar esta decisión. "En este lugar se supone que se iban a talar nada más que 29 metros cuadrados. Eso es lo que estaba autorizado. Con tan solo tres camiones bastaba, pero el permiso concedido era para tres semanas. Creo que me entienden lo que quiero decir", afirma el medioambientalista. De acuerdo con algunos ecologistas, las leyes rusas no ayudan a la comercialización de la madera, y es que sólo el 3% del sector maderero proviene de estas tierras. Sin embargo, el gobierno asegura que se están adoptando las medidas adecuadas para minimizar este problema. Y recalca que no es tan agudo. "En diciembre de 2010 fueron aceptadas algunas mejores en el código forestal. Entre ellas, se restableció el número de guardias forestales. Además, se restableció el poder de los inspectores forestales para acabar con este tipo de violaciones", aclaró Vladímir Dmitriev, jefe de servicio de prensa de la Agencia Forestal Federal. La tala ilegal es una realidad que no sólo afecta a Rusia, sino que supone un problema mundial. Tan importante es el daño que se hace que este tipo de deforestación ya hay quienes lo catalogan como el atraco del siglo XXI. Articulo completo en:http://actualidad.rt.com/actualidad/rusia/issue_30197.html Deja una respuesta. |
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